Los bajos salarios unidos a una cada vez menor tasa de protección social han disparando los niveles de pobreza
En el primer trimestre del año 2015, el coste salarial total mensual por trabajador se situó en 1.739,9 euros en Asturias mientras que la media en España alcanzó los 1.831,7 euros. Se produce además una caída interanual del 0,3% mientras que a nivel nacional el coste salarial subió el 1,4%. Asturias, junto con Castilla La Mancha y Cantabria, se sitúa en el grupo de comunidades autónomas donde los salarios continúan a la baja.
Los salarios acumulan una pérdida real de poder adquisitivo desde el año 2010 en torno a 7,8 puntos porcentuales. Este desplome afecta negativamente a la renta disponible de las familias, lastrando al consumo y retrasando la salida de la crisis.
A ello se une el descenso en las tasas de cobertura por desempleo, consecuencia del elevado índice de paro de larga duración (58% de los desempleados) cuya consecuencia es el agotamiento progresivo de las prestaciones. Sólo el 51% de los parados asturianos tiene derecho a prestación, la mayoría (59%) de carácter asistencial, y por tanto de menor cuantía.
Así, los bajos salarios unidos a una cada vez menor tasa de protección social han disparando los niveles de pobreza, aumentando casi 5 puntos porcentuales entre los años 2009 y 2014.
Para la Unión General de Trabajadores de Asturias, los salarios deben de recuperar su papel esencial en la reactivación económica, el impulso del consumo. Al mismo tiempo se debe reforzar la protección social, teniendo en cuenta que el salario social juega un papel importante para proteger a los colectivos que más están sufriendo los efectos de la crisis.
La salida de la crisis pasa por modelo económico sostenible y equilibrado donde los salarios recobren su papel central, para lo cual el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC 2015-17), firmado el pasado mes de junio, es clave, ya que recoge un modelo salarial de recuperación del poder adquisitivo que contribuye a reactivar la demanda interna, el empleo y a la reducción de las desigualdades, afianzando un crecimiento más sólido y sostenible
