Esta situación exige reforzar políticas activas de empleo entre jóvenes y parados de larga duración.||Este fuerte desequilibrio pone en riesgo el presente y el futuro del mercado laboral asturiano

El desánimo en la búsqueda activa de empleo y el efecto de la emigración laboral han llevado la tasa de actividad regional a niveles mínimos, con un desplome de la población activa que nos relega al último puesto del ranking autonómico.

Los datos de la EPA del primer trimestre publicados la pasada semana ponían sobre la mesa el desplome de la población activa dentro de nuestra región. Los activos retrocedían en términos interanuales en Asturias en 21.500 personas impulsando así la caída interanual del paro y situando la tasa de actividad en el 50%, más de 9 puntos por debajo de la media nacional (59,5%) y al furgón de cola autonómico.

Un fuerte desequilibrio que ponen en riesgo el presente y el futuro del mercado laboral asturiano y que no sólo obedece al envejecimiento de la población como así se desprende del análisis de las tasas de actividad por edades, donde para todas y cada una de las cohortes de edad las tasas regionales arrojan un diferencial negativo respecto a España y donde las mayores caída y diferenciales los encontramos, lamentablemente, entre los colectivos más jóvenes.

Las mayores caídas de la tasa de actividad se detectan en los tramos de 20/24 años, con un descenso de 13,3 puntos y de 25/34 años con una caída de 4 puntos (interanual de primeros trimestre 2014/2015). Es precisamente en estas edades donde se han desplomado las tasas de actividad en la última EPA publicada. Así, del descenso total de activos (21.500) el 80% se concentró en el tramo de 20/34 años (17.200 activos menos).

Contrariamente, entre los colectivos de mayor edad (de 55/64 años) aumentan los activos (3.800 personas) y con ello su tasa de actividad en 2 puntos.

Para todas las cohortes Asturias mantiene tasas de actividad inferiores a la media nacional. Si bien, los mayores diferenciales respecto a España los encontramos entre los 20-24 años (16,5 puntos), los 55/64 años (10,6 puntos) y los 45/54 años (8,7 puntos).

La explicación a estos comportamientos se puede encontrar, en el caso de los colectivos más jóvenes, en la prolongación de las etapas formativas y en la emigración laboral. Todo ello consecuencia del desánimo ante la falta de expectativas, tanto a la hora de encontrar trabajo como por las precarias condiciones que éste lleva asociado. Por el contrario, en el tramo 55/64 años el incremento en los niveles de actividad debemos buscarlo en la retirada de estímulos y endurecimiento de las condiciones para abandonar el mercado laboral que se han sucedido en estos últimos años, ante las reformas normativas impuestas por  el Gobierno de España (jubilación parcial, prolongación legal de la edad de jubilación). Así como por las serias dificultades económicas que atraviesan las familias que les obliga a mantenerse activos para desarrollar un papel de sostén económico.

La falta de expectativas para encontrar un empleo está generando una situación inquietante con la salida de capital humano joven y cualificado y una relación de 1 activo por inactivo que exige de actuaciones urgentes y consensuadas ante lo que se presenta como un futuro difícil para abordar una salida sostenible de la crisis.

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